Prevención: Uff…algo huele mal en la nevera
Pese a que el sentido del olfato es el menos desarrollado de los sentidos de los seres humanos, es justamente el más útil para protegernos de consumir un alimento en mal estado. Debido a la actividad de hongos o bacterias, los alimentos pueden sufrir procesos de descomposición en nuestra nevera y una de las manifestaciones externas de esa descomposición y en muchos casos la única es el olor. Todos hemos pasado por la experiencia de abrir la nevera y comentar: Uff… algo huele mal y eso nos está avisando que un alimento está dañado y puede ser nocivo para nuestra salud o la de nuestra familia y debe ser eliminado.
Adicional al olfato, el otro sentido a tener en cuenta al momento de determinar si un alimento está en buen estado o no es la vista: normalmente si un alimento se ve mal está mal, en particular contaminaciones de hongos son detectadas a simple vista.
Existen microorganismos que son empleados en la producción de alimentos y que son benignos para la salud como las bacterias que producen el yogurt, las levaduras del pan o los hongos del queso, pero otros ocasionan daños a los alimentos. Siempre que un alimento manifieste un cambio de sus características organolépticas normales (olor, aspecto o sabor) debe ser eliminado. Alguna vez hemos tenido un pedazo de queso o una fruta que presenta una formación extraña de color indefinido en una parte pero el resto se ve bien, por lo que la tentación inicial es cortar la parte dañada y consumir el resto. ERROR: los hongos se reproducen por esporas microscópicas por lo que un alimento que manifiesta la presencia de hongos está TOTALMENTE contaminado y debe ser descartado por completo; incluso debemos desinfectar el interior de la nevera cuando encontremos un alimento contaminado por hongos.
La última barrera es el sentido del gusto: cuando algo sabe raro, diferente a lo que debería saber o manifiestamente mal es indicativo de descomposición y hay que eliminar todo el alimento dañado.
Unas medidas para reducir la contaminación de los alimentos en la nevera son:
Siga procedimientos de almacenamiento y conservación adecuados.
No refrigere nada al aire libre: guarde los alimentos en recipientes o fórrelos con plástico para evitar la contaminación cruzada.
Limpie con frecuencia el interior de la nevera.
Elimine completamente alimentos dañados o en mal estado.
Evite refrigerar alimentos por mucho tiempo.
Controle las fechas de caducidad y elimine alimentos con fecha vencida.
Dependiendo del tamaño de su refrigerador, asigne áreas específicas para ciertos alimentos: gaveta para vegetales, área para frutas, bandeja para bebidas, bandeja para panes, etc.
No refrigere bebidas en recipientes sin tapas, no solo la bebida o el agua puede adquirir olores y sabores extraños sino que podría contaminarse.
Trate de abrir la puerta de la nevera el menor tiempo posible. Cada vez que se abre la puerta de la nevera la temperatura interna sube hasta en 10°C.
Intente no llenar en exceso la nevera ya que además de incrementar la carga térmica, impide observar el estado de los alimentos.
Así que ya sabemos que si algo huele mal, por algo es y es mejor prevenir que lamentar y aunque nos duela el tener que botar un alimento que sospechemos está en mal estado, primero es la salud de nuestra familia porque