Seguridad alimentaria: ¿Te lavaste las manos?
Siguiendo con el tema de la contaminación cruzada, hoy hacemos una pregunta que pareciera ser tonta:
¿Te lavaste las manos?
No son las tablas de picar ni los cuchillos y otras herramientas en la cocina los que generan más problemas de contaminación bacteriana, son las manos, específicamente las manos mal lavadas.
En los últimos años se ha hablado mucho de los beneficios del lavado de manos para evitar la propagación de diversas plagas de microorganismos patógenos que viajan entre países, pero creo hay que enfatizar el lavado de las manos en la cocina, específicamente del manipulador de los alimentos, es decir, del cocinero o chef de la casa.
No vamos a entrar a explicar cómo lavarse las manos, existen múltiples técnicas para garantizar un correcto lavado de nuestras extremidades superiores; lavarse las manos con un jabón desinfectante y bastante agua es suficiente.
¿Cuándo deben lavarse las manos?
Al llegar a la casa todas las personas deben lavarse las manos para eliminar la carga bacteriana que puedan traer del exterior.
Al ir a empezar a cocinar. Se recomienda tener en la cocina en el área del fregadero un jabón líquido antibacterial para ser empleado únicamente en el lavado de las manos y secárselas con un paño limpio o con papel secante, evitando emplear para esto el pañito multiusos que siempre tenemos en la cocina, ya que nos estaríamos contaminando nuevamente las manos.
Obviamente luego de ir al baño. Esto evita la transmisión a los alimentos de bacterias fecales.
Cada vez que cambie de un alimento al siguiente, como carnes crudas (pollo, pescado, carnes varias), pescados y mariscos crudos, huevos. Y entre éstos y alimentos cocidos de origen animal o alimentos crudos como vegetales y frutas. Esto es importante: el cocinero debe lavarse las manos y todos los implementos empleados CADA VEZ que cambie de alimento, por ejemplo, si está picando pollo y ahora va a picar carne debe lavar todo; si luego de las carnes crudas va a picar o manipular vegetales o frutas, otra vez el lavado. Incluso entre vegetales y frutas, en este caso no tanto por bacterias como por contaminación del sabor, si no vamos a terminar con una sandía con sabor a cebolla.
Cada vez que cambie de un alimento crudo a uno listo para comer, independientemente que sea el mismo alimento. Si tocamos pollo crudo con las manos o con un tenedor, para tocar el pollo cocido deberemos lavarnos las manos y el tenedor también. Incluso si estamos cocinando pollo o cualquier carne, deberíamos tener un tenedor para colocar el pollo crudo en la sartén y otro para sacarlo cuando esté cocido, de no hacer esto estaríamos contaminando el pollo cocido con las bacterias del pollo crudo.
Después de tocarse la cara, brazos, cabello, al estornudar, toser o soplarse la nariz.
Luego de abandonar la cocina, al regresar otro lavado.
Al finalizar de cocinar y antes de servir la comida preparada.
Como siempre, algunos de los conocimientos adquiridos aquí y el sentido común nos ayudarán a disminuir y posiblemente evitar la contaminación de nuestros alimentos y asegurar así la salud de nuestra familia, para lo que debemos involucrar a todos los miembros en estas actividades porque